La periimplantitis es una enfermedad que se puede dar en pacientes que se han colocado implantes dentales. Es un proceso inflamatorio que afecta a los tejidos que rodean al implante dental afectando a su osteointegración y provocando una pérdida del hueso de soporte.
La principal causa de esta enfermedad es debido a la presencia y acumulación de placa bacteriana cuando se ubica en la superficie de los implantes dentales, también puede ser causado por una sobrecarga oclusal, que se genera durante la masticación si el implante dental no está en la posición correcta o si la prótesis sobre el implante está mal colocada. Además, existen diferentes factores de riesgo que contribuyen a la aparición de estas patologías como por ejemplo el tabaco, la mala calidad ósea del hueso del paciente y una mala higiene oral por parte del paciente.
Existen diferentes factores de riesgo que contribuyen a la aparición de estas patologías:
Tabaco.
Mala calidad ósea del hueso de soporte del paciente.
Mala higiene oral por parte del paciente.
Tipo de superficie del implante.
Forma del implante dental.
Posición del implante.
Factores sistémicos.
Estado periodontal y tejidos blandos.
Riesgos ocasionados por trauma quirúrgico.
Contaminación bacteriana durante la inserción.
Mala distribución de las fuerzas que generen sobrecarga.
¿Cómo prevenir la periimplantitis?
Para prevenir la periimplantitis lo más importante es que sigas todas las indicaciones de tu dentista, mantener una excelente higiene bucal y acudir a las revisiones periódicas para comprobar que todo está en perfecto estado y que no se ha producido ninguna complicación.
Para evitar el desarrollo de la periimplantitis nunca deben colocarse implantes en pacientes con enfermedad periodontal no controlada, para hacerlo se debe tratar primero la enfermedad. Pero no sólo eso, sino que una vez que el paciente lleva los implantes dentales, es más importante que este mantenga los cuidados necesarios para mantener controlada la enfermedad periodontal del resto de los dientes. De ese modo es posible evitar la periimplantitis.
La periimplantitis es una enfermedad que se da en pacientes con implantes dentales. Se trata de un proceso inflamatorio que afecta a los tejidos que rodean al implante dental afectando a su osteointegración y provocando una pérdida del hueso de soporte. Un paciente con implantes dentales es susceptible a padecer periimplantitis cuandolos microorganismos se alojan sobre la superficie de los implantes dentales.
La prevalencia de esta enfermedad se dispara a partir de los 5-7 años de tener los implantes dentales en función, pudiendo afectar hasta un 80 % de los pacientes y a un 12-35% de los implantes.
El empleo de los implantes dentales ha sido uno de los cambios más importantes en la práctica odontológica. Sin embargo, a pesar de la predictibilidad de los tratamientos con implantes dentales, estos no están exentos de problemas. En los últimos años se ha constatado la alta frecuencia de trastornos asociados a los tejidos periimplantarios, que pueden conducir a la pérdida del hueso y, finalmente, a la pérdida del implante.
Para solucionar este problema, lo más factible son las estrategias preventivas, que deben implementarse a lo largo de todas las fases de tratamiento y mantenimiento.
El trabajo en equipo es en la mayor parte de las ocasiones la clave del éxito en la prestación de servicios de salud.
Las enfermedades periimplantarias, enfermedades inflamatorias que dañan a los tejidos blandos y duros alrededor del implante osteointegrado, son consecuencia de la respuesta del organismo a una infección bacteriana, de modo similar al que se produce en el caso de las enfermedades periodontales: en las mucositis no hay afectación de hueso, mientras que en las periimplantitis sí.
La baja predictibilidad del tratamiento de las periimplantitis y la elevada alta prevalencia de estos trastornos hace necesario establecer estrategias de prevención para evitar o disminuir su incidencia. Estas estrategias preventivas tienen que estar organizadas, con el fin de que se puedan establecer protocolos rutinarios de mantenimiento en el día a día de pacientes portadores de implantes.
El diagnóstico de los posibles factores de riesgo y su control, antes de colocar los implantes, evitará, en gran medida, la aparición de las enfermedades periimplantarias. Es fundamental el tratamiento de la periodontitis, así como tener un correcto control de placa y la supresión o disminución de importantes factores de riesgo, como el tabaco.
Es habitual la presentación de sangrado posterior a la extracción de cordales, puede durar poco tiempo hasta algunas horas, habitualmente el especialista colocará una gasa en el lugar de la extracción, con el objetivo de tratar de parar el sangrado.
Es imprescindible no realizar presión para no desplazar el coágulo, lo que ocasionará mayor hemorragia.
Puede llegar a presentarse una hemorragia y en caso que no seda se dará paso a la colocación de una gasa estéril, aplicándola en la zona y mordiéndola con cuidado, con la boca completamente cerrada en un tiempo aproximado de 15 a 30 minutos.
Este procedimiento debe ser realizado las veces que sean necesarias hasta que deje de sangrar, si continúa sangrando pasadas varias horas y el sangrado es excesivo se recomienda acudir al médico para recibir la valoración más adecuada.
Es habitual la prescripción de antibióticos y antinflamatorios; los cuales ayudan a combatir a la incubación de una infección (por ser la boca un medio habitual de bacterias), los segundos ayudan a reducir el dolor y mitigarlo durante el tiempo que dure su acción.
Dos horas posteriores a la extracción, se recomienda aplicar compresas con hielo. Es recomendable aplicar este frío local durante 5 minutos, descansando 15 minutos, para luego colocarte la compresa otros 5 minutos y descansando otros 15 minutos, y así de forma sucesiva durante 2 horas.
Es normal la presencia de hematoma y/o hinchazón
Durante las primeras 48 a 72 horas es normal que se presente hinchazón en la zona de la extracción o un hematoma.
Posterior al proceso se puede ingerir alimentos líquidos y/o blandos durante los 2 primeros días y pasando las dos primeras horas después de la cirugía. Además, es fundamental evitar los alimentos o bebidas calientes, que pueden causar una mayor hemorragia, y alimentos duros o pegajosos.
La presencia de dificultad al poder abrir la boca los primeros días es sumamente normal, es útil realizar diversos ejercicios suaves, como por ejemplo cerrar y abrir la boca poco a poco y con cuidado, lo que te ayudará a restaurar el movimiento y la función normal.
La osteointegración es el proceso de unión directa, estructural y funcional entre el implante dental y el hueso alveolar. Al colocar un implante dental de titanio debe haber una estabilidad primaria que garantice la unión entre el implante dental y hueso, y debemos esperar mínimo tres meses hasta poder someter al implante a carga de la protésis.
Los factores más importantes para una correcta osteointegración son los siguientes:
1.- Biocompatibilidad del material del implante.
El titanio es el material para implantes dentales que se ha revelado como el de idónea biocompatibilidad, ya que no sufre ninguna corrosión, ya que, contiene una capa de óxido superficial que no produce disolución de iones; además posee propiedades mecánicas muy favorables para resistir las cargas de prótesis implantosoportadas, pues tolera muy bien la presión, tracción y cizallamiento y se fractura con dificultad.
2. – Ausencia de contraindicaciones.
Es de suma importancia colocar implantes en pacientes que no padezcan problemas sistémicos, si estos existen debemos notificarle al paciente que no es un óptimo candidato para este tipo de tratamiento y en su caso tratar de solucionarlos si es posible y si los implantes se colocan será bajo responsabilidad del paciente, firmando un documento de consentimiento informado.
3. – Condiciones anatómicas favorables.
No sólo debe estar el paciente libre de todo problema médico importante, sino que además debe poseer de una cantidad y calidad de hueso para que el tratamiento tenga el éxito esperado.
4. – Estabilidad primaria.
En el momento de la colocación del implante debe de existir una estabilidad completa y una firmeza total del mismo, no se debe mover, debe tener un ajuste preciso y exacto de la superficie del implante con el lecho implantario.
5. – Evitar la infección, contaminación, sobrecalentamiento y carga prematura.
Por lo que se refiere al control de infecciones, se debe asegurar que en el centro donde lo traten se cuenten con las normas de salud necesarias y con certificación. El paciente estará medicado con una adecuada administración en el tiempo de cobertura del antibiótico, una vez colocados los implantes se continuará con el antibiótico durante 10 días.
6.- Existencia de hueso peri-implantario.
Debe existir al menos 1 mm de hueso alrededor del implante recién colocado para que se pueda llevar acabo la osteointegración. En los casos en los que al colocar el implante el hueso presenta una dehiscencia (abertura espontánea de una parte o de un órgano que se había suturado durante una intervención quirúrgica) o fenestración se deben utilizar técnicas de regeneración ósea guiada para que se cubra totalmente con el hueso.
Hay un alto riesgo en el tratamiento con implantes dentales que se ofertan a bajo costo porque pueden NO cumplir un mínimo de calidad y pueden convertirse en un riesgo para la salud bucodental del paciente.
El implante es generalmente la mejor opción para sustituir dientes que se han perdido, pero, para garantizar el éxito del tratamiento, es fundamental que se realice por profesionales especializados, formados, certificados y con experiencia, que realicen un estudio previo y un mantenimiento posterior adecuados, además de emplear materiales de máxima calidad.
Un implante de mala calidad tiene un riesgo mucho mayor de no osteointegrarse y de causar complicaciones por desajustes, fracturas de la prótesis o de los elementos de unión de las prótesis con los implantes dentales. Esto se puede traducir en perder el implante, en infecciones y/o consecuencias más graves para la salud del paciente.
Los implantes dentales son soportes que actúan como «raíces artificiales» y que se colocan dentro del maxilar para posteriormente soportar los nuevos dientes artificiales que irán asentados en ellos. Están fabricados preferentemente de titanio químicamente puro y se emplean para sustituir dientes que se han perdido por diferentes causas. La principal característica es que un implante es capaz de integrarse de forma natural con el resto de los tejidos de la boca a través de un proceso biológico conocido como osteointegración y que no requiere utilizar o tallar los dientes adyacentes sanos, como es el caso de otras opciones para sustituir dientes como la colocación de un puente dental.
El implante está compuesto por la fijación implantológica, que es la parte que queda bajo la encía, el pilar transepitelial, -la parte que sobresale de la encía-, y la corona o prótesis que recubre el pilar y es lo que finalmente queda a la vista.
Antes de colocarte un implante
Pide que te expliquen claramente el tratamiento, los pasos y el presupuesto.
Exige que sea un profesional certificado el que maneje personalmente las prótesis dentales en tu boca.
Desconfía de tratamientos muy baratos porque pueden esconder mala calidad o incluso un riesgo para la salud. El material usado en el tratamiento con implantes es de avanzada tecnología, puesto que debe integrarse con el resto de los tejidos de la boca y tiene un costo elevado.
No creas en los tratamientos garantizados de por vida, ni tus propios dientes cuentan con esa garantía. Los implantes osteointegrados realizados con un material adecuado y por un especialista cualificado tienen un alto grado de fiabilidad.
Presta especial atención a tu higiene bucal. Una correcta higiene dental es uno de los factores determinantes para el éxito del implante.
Una corona dental es la parte superior del diente, existen dos tipos de coronas dentales; corona natural y corona artificial.
Corona dental artificial: Es una fabricación de diferentes materiales, que toma la forma de la corona natural y la sustituye. La corona dental es también llamada funda dental.
Materiales de una corona dental.
Corona dental en cerámica (porcelana pura).
Corona dental en zirconio
Corona dental metálica
Corona dental en resina (generalmente son las coronas provisorias).
La corona dental se recomienda en los siguientes casos:
Cuando los dientes son afectados por caries, están astillados o rotos y no puede ser reconstruido con un relleno.
Cuando el diente esta desvitalizado, ya que después de la desvitalización los dientes son débiles y se pueden dañar.
Cuando los dientes son afectados por ciertas enfermedades que están destruyendo el esmalte.